Pickles, el perro que rescató la copa del mundo en 1966.
El trofeo Jules Rimet se exhibía en el centro de Londres. Pero el domingo 20 de marzo de 1966, durante el segundo día exhibición fue robado de su estuche en el Central Hall de Westminster.
Las circunstancias exactas de cómo robaron la copa siguen siendo un misterio ya que los guardias de seguridad estaban ausentes tomando su descanso.
La policía de Scotland Yard tomó el control de la investigación, pero tenían pocas pistas.
“Había dos descripciones de dos personas claramente diferentes: una persona alta y una persona baja”, dijo Atherton, autor del libro “El robo del trofeo de Jules Rimet”.
“La descripción que la policía publicó fue una amalgama de los dos”.
Mientras tanto, la FA encargó en secreto una réplica del trofeo al artesano George Bird.
La nota de rescate
El presidente de la FA Joe Mears recibió una nota de rescate por el trofeo, firmada por alguien llamado Jackson, que exigía 15.000 libras.
Siguiendo el consejo de la policía, Mears, quien también era presidente del Chelsea, fingió estar de acuerdo.
Un policía encubierto se encontró con Jackson, que en realidad era un ex soldado llamado Edward Betchley, en Battersea Park con una maleta llena de periódicos cubiertos con una capa de billetes de 5 libras, y Betchley fue finalmente arrestado.
Un descubrimiento casual

Con el trofeo aún perdido a pesar de la detención de Betchley, el momento crucial del descubrimiento llegó la noche del domingo, 27 de marzo.
Dave Corbett salió de su apartamento en Norwood, al sur de Londres, para hacer una llamada telefónica y llevar a su perro Pickles a pasear. Poco sabía que estaban a punto de llegar a los titulares internacionales.
“Pickles corría por el auto de mi vecino”, explicó Corbett.
“Cuando le estaba poniendo la correa, noté este paquete que estaba allí, envuelto solo en papel de periódico pero muy atado con una cuerda”.
“Rasgué un poco la parte inferior y había un escudo en blanco, luego estaban las palabras Brasil, Alemania Occidental y Uruguay impresas”.
“Rasgué el otro extremo y era una mujer que sostenía un plato por encima de su cabeza. Había visto las fotos de la Copa del Mundo en los periódicos y en la televisión, así que mi corazón comenzó a latir con fuerza”.
Corbett fue a su estación de policía local para presentar el trofeo y al principio se encontró con incredulidad.
“La coloqué en el escritorio frente al sargento y dije: Creo que encontré la Copa del Mundo”.
“Recuerdo sus palabras: No me parece tan mundial, hijo mío”.
Pickles y Corbett de sospechosos a héroes internacionales
Finalmente, un detective fue convocado y Corbett fue llevado a Scotland Yard para ser interrogado.
“De repente me di cuenta de que era el sospechoso número uno”, agregó.
“Después de una hora más o menos, me llevaron de vuelta a casa. Cuando regresé a Norwood estaba toda la prensa internacional afuera”.
Una vez que la policía descartó su participación en el robo, Corbett, y en particular Pickles, se convirtieron en el tema de los medios de comunicación internacionales.